20 de septiembre de 2011

PRESENTACIÓN DEL LIBRO: "LITERATURA Y ESCUELA. UNA APROXIMACIÓN AL CANON LITERARIO Y SUS PEDAGOGÍAS"

Publicado en Facetas, El nuevo día. Septiembre 18/2011. Pág.2-3

Por: Elmer Hernández

Enciclopedias, atlas, el Oriente
Y el Occidente, siglos, dinastías,
Símbolos, cosmos y cosmogonías
Brindan los muros, pero inútilmente.
Jorge Luis Borges
FICHA:
Título: Literatura y escuela. Una aproximación al canon literario formativo y sus pedagogías.
Autores: Carlos Arturo Gamboa, Myriam Molano, María Dilia Varón, Blanca Ligia Quintero, Nidia Méndez Hidalgo y Zoila Rosa Amaya. Tutores IDEAD-UT.
Editorial: Universidad del Tolima. 2011. ISBN: 978-958-9243-90-9. 256 Páginas.

El texto Literatura y Escuela, una aproximación al canon formativo y sus pedagogías, fruto del trabajo investigativo del profesor Carlos Arturo Gamboa y las profesoras Myriam Molano, María Dilia Varón, Blanca Ligia Quintero, Nidia Méndez Hidalgo y Zoila Rosa Amaya, debe ser un motivo de orgullo para la comunidad educativa de la Universidad del Tolima, por cuanto abre un panorama prometedor en términos de producción intelectual tripartita (tutores, estudiantes y comunidad) y siembra un precedente sobre las posibilidades reales de la investigación formativa, como alternativa para la construcción de conocimientos.
-
Es de considerarse que la investigación no ocupa un lugar visible en nuestra tradición ni en nuestras culturas. En la academia, los procesos de investigación siempre encuentran escollos para su materialización, como el no saber qué es, cómo se hace y para qué sirve, aunque se maneje abundante bibliografía. Aún falta mucho para concebirla como un proceso articulador entre la universidad y las dinámicas sociales y culturales, a fin de alcanzar niveles de bienestar para las comunidades, los pueblos y las personas. 
-
Aun se asume la investigación como un molesto requisito de cumplimiento de estándares nacionales e internacionales de calidad, con fines de acreditación de programas e instituciones, y que se amparan en la nueva configuración de una educación que debe globalizarse. Por estos tiempos la investigación se hace por obligación y no por convicción, de modo que sus resultados poco son resultados de investigación, esa construcción del saber y del conocimiento que responde al ritmo de las exigencias y las necesidades de las sociedades locales, nacionales y planetarias. Y es por eso que vale la pena saludar la aparición del libro “Literatura y Escuela”. 
-
Varios aspectos importantes se conjugaron para alcanzar los resultados que hoy se expresan en este libro. El primero es, quizá, el que sin muchos aspavientos ni elevadas pretensiones, un grupo de tutores del IDEAD decidieron emprender la empresa de hacer investigación formativa, convencidos, casi por intuición, del qué, el cómo, el porqué y el para qué de ese ejercicio tan nuevo como extraño. A su vez, ese grupo de tutores de la Licenciatura en educación básica con énfasis en lengua castellana, se dio a la tarea de entusiasmar y arrastrar a sus estudiantes en esa empresa que, al parecer, no sería más que otro embuste extranjero, acogido por nuestra ingenua y siempre dócil academia. Luego, tutores y estudiantes acudieron a algunas Instituciones Educativas de la básica y allí contagiaron de entusiasmo a las comunidades académicas, de modo que terminaron convenciendo a directivos, docentes, estudiantes y padres de familia. Después fue cuestión de que el proyecto fluyera al compás de la investigación.
-
De allí se desprenden dos reflexiones. La primera: más allá de deberes curriculares, el saber es el resultado del generoso acuerdo entre el maestro y el alumno, a usanza de la época antigua. La segunda: la comunidad no es un ente pasivo sobre el cual, a modo de un amorfo laboratorio, se aplican unas fórmulas a fin de verificar hipótesis de escritorio. Antes bien, y como en el terco sueño de Freire, la comunidad es activa y participativa en el descubrimiento y construcción de saberes y conocimientos, cuyo propósito es comprender, a fin de resolver problemas y acercarse a la libertad y al bienestar. 
-
Y quizá haya una tercera reflexión, y es acerca de las condiciones de posibilidad de la investigación formativa. He visto a intelectuales enarcar las cejas, fruncir la boca y desviar la mirada cuando escuchan la expresión “investigación formativa”. “Eso no sirve”, dicen. Y tal vez esa actitud se deba a que la NASA no hace investigación formativa, ni los temerarios laboratorios nucleares, ni los delirantes proyectos que desarman el genoma humano, ni los científicos que trabajan en la industria de nuevos fármacos para las recientes enfermedades provocadas por la industria. Ellos hacen investigación experimental, y no formativa, y la experimental, por fortuna, es tan sólo una forma de hacer investigación. 
-
La investigación formativa no responde necesariamente a las coordenadas de la oferta y la demanda, pues su propósito es mayor: la formación del hombre y la comunidad. Es cierto que la investigación formativa poco le sirve a las dinámicas del capital y del mercado. Pero, en tanto formación para el saber y el conocimiento, se pone al servicio de la comprensión, la expansión de la conciencia y la búsqueda de una sociedad más acorde con la condición humana; es decir, le sirve a la educación del hombre y de las comunidades, por encima las prescripciones de la Institución Educativa como dispositivo de control y de poder. Y el libro “Literatura y Escuela” es una muestra de ello. 
-
¿Pero en qué consiste ese libro? Los investigadores indagaron por el estado de la lectura literaria en Instituciones Educativas, a partir del concepto de canon literario. ¿Qué y cómo leen hoy los niños, los jóvenes y los docentes en nuestras escuelas? Pregunta sencilla para respuestas entre dramáticas y esperanzadoras. Pregunta que fue respondida primero al interior del grupo de investigación y luego por los estudiantes de la Licenciatura, a fin de tener la autoridad ética para formularla en la comunidad educativa de base: no hubo objetos de investigación sino sujetos; otra diferencia respecto a la investigación experimental. 
Una pregunta que permitió aproximarse a la escuela con una mirada abarcadora para establecer los factores que inciden en la selección de los textos, las pedagogías, las didácticas y los métodos de lectura. El libro “Literatura y Escuela” señala los factores económicos, políticos, sociales, culturales, tecnológicos y técnicos que han determinado el lugar de la lectura literaria en la escuela, la familia y la comunidad, y que permite comprender la actitud de cansancio e indiferencia frente a la lectura, su separación de los problemas de la comunidad y su nula relación con la espiritualidad de los jóvenes lectores en formación. 
-
Pero también descubre aquellas tendencias ideológicas que cabalgan sobre la manipulación de la educación, a fin de hacer de ella, de por sí ya pobre, un pobre ejercicio formal, carente de ideales de humanidad, tendiente a cumplir con áridos indicadores de calidad y, quizá por ello mismo, reducido a un negocio redondo, entre otros, para el bolsillo de algunas editoriales. Una actitud que menosprecia, niega y humilla las capacidades de nuestras comunidades, de nuestros jóvenes y de nuestros pueblos.
-
El libro “Literatura y Escuela” señala de nuevo el viejo problema de la relación entre lectura, academia y comunidad. A partir de comprender las grandes carencias que muestra hoy la escuela en su tarea de formar las nuevas generaciones, el libro es una orientación para docentes honestos e instituciones comprometidas en el bienestar de sus entornos. El libro es claro en plantear el retorno a un ejercicio de lectura que parta de las realidades inmediatas de los actores de la escuela, a fin de interpretar las problemáticas cotidianas y especiales de las comunidades y del individuo, y, sobre ese conocimiento, fruto de tal interpretación, levantarse en una lectura que interprete los aspectos universales del mundo, del hombre y de la vida, a fin de comprender mejor a la comunidad donde se enclava la escuela; es decir, un ejercicio de lectura hermenéutica, siempre en diálogo, siempre abierto, siempre en expansión y nunca culminado. 
-
Por supuesto, el ejercicio de lectura literaria que propone el libro tiende a la formación del carácter y de la personalidad, muy lejos del ejercicio mecanicista, utilitarista y pragmático, tan a-crítico y a-histórico, en que ha caído la lectura en nuestras aulas, incluidas las aulas universitarias. Pero el inconveniente del ejercicio que propone el libro es que implica creer de nuevo en lo que es capaz la comunidad y en lo que son capaces los seres humanos. Y el sistema educativo vigente está lejos de tener esa confianza, por cuanto su papel no es la formación de hombres y mujeres sino su instrucción eficiente y eficaz que demanda el modelo neoliberal. 
-
Finalmente, el libro en su totalidad rescata el espíritu de la literatura como base fundante, sobre la cual se han erigido muchas culturas y se construyen y reconstruyen al infinito las tradiciones de los pueblos y de la humanidad. No prevalece allí la idea de la lectura literaria como simple entretenimiento, propia de modernos desocupados. El libro señala el lugar de la lectura literaria en la formación de la condición humana, en la formación de la cultura y en la comprensión de la historia; el libro permite atisbar una literatura como el espejo donde la sociedad se mira, donde el hombre mira y señala lo que ha sido y lo que será, y donde, con ojos de incertidumbre y asombro, inventa y crea el porvenir, más allá de cánones reductores, paradigmas asfixiantes y modelos políticos basados en el engaño y la mentira.