15 de diciembre de 2011

SOBRE EL CUENTO Y LA BREVEDAD

Tomado de: http://blog.librosenred.com/2011/12/decia-cortazar-que-si-la-novela.html

Decía Cortázar que si la novela —construcción sofisticada y de largo aliento— gana por puntos, el cuento gana por knock-out. "Un buen cuento es incisivo, mordiente, sin cuartel desde las primeras frases".

Si la contundencia es la clave para los cuentos en general, lo es más todavía para los microrrelatos. Aquí, una muestra de estas breves obras maestras del efecto sorpresa:

"Final para un cuento fantástico", de I. A. Ireland

—¡Que extraño! —dijo la muchacha avanzando cautelosamente—. ¡Qué puerta más pesada! La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe.

—¡Dios mío! —dijo el hombre—. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a los dos!

—A los dos no. A uno solo —dijo la muchacha. Pasó a través de la puerta y desapareció.

"Fantasma sensible", de Lieu Yi-King

Un día, cuando se dirigía al excusado, Yuan Tche-yu fue protagonista de un hecho singular. A su lado surgió un fanatasma gigantesco, de más de diez pies de altura, de tez negra y ojos inmensos, vestido con una casaca negra y cubierto con un bonete plano.

Sin turbarse de modo alguno, Yuan Tche-yu conservó su sangre fría.

—La gente suele decir que los fantasmas son feos —dijo con la mayor indiferencia, dirigiendo una sonrisa a la aparición—. ¡Y tienen toda la razón! El fantasma, avergonzado, se eclipsó.

"Escalofriante", de Thomas Bailey Aldrich

Una mujer está sentada sola en una casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Tocan la puerta.


Al caer de la tarde, dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo:

—Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?

—Yo no —respondió el otro—. ¿Y usted?

—Yo sí —dijo el primero y desapareció.

Este relato pertenece, supuestamente, a un escritor inglés llamado George Loring Frost y fue incluido por Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo en su famosa antología de narrativa fantástica. Se sospecha, sin embargo (y no sería nara raro teniendo en cuenta no solo el gusto por la literatura fantástica, sino también por las bromas literarias de estos amigos escritores), que el autor real es el propio Borges.

20 de septiembre de 2011

PRESENTACIÓN DEL LIBRO: "LITERATURA Y ESCUELA. UNA APROXIMACIÓN AL CANON LITERARIO Y SUS PEDAGOGÍAS"

Publicado en Facetas, El nuevo día. Septiembre 18/2011. Pág.2-3

Por: Elmer Hernández

Enciclopedias, atlas, el Oriente
Y el Occidente, siglos, dinastías,
Símbolos, cosmos y cosmogonías
Brindan los muros, pero inútilmente.
Jorge Luis Borges
FICHA:
Título: Literatura y escuela. Una aproximación al canon literario formativo y sus pedagogías.
Autores: Carlos Arturo Gamboa, Myriam Molano, María Dilia Varón, Blanca Ligia Quintero, Nidia Méndez Hidalgo y Zoila Rosa Amaya. Tutores IDEAD-UT.
Editorial: Universidad del Tolima. 2011. ISBN: 978-958-9243-90-9. 256 Páginas.

El texto Literatura y Escuela, una aproximación al canon formativo y sus pedagogías, fruto del trabajo investigativo del profesor Carlos Arturo Gamboa y las profesoras Myriam Molano, María Dilia Varón, Blanca Ligia Quintero, Nidia Méndez Hidalgo y Zoila Rosa Amaya, debe ser un motivo de orgullo para la comunidad educativa de la Universidad del Tolima, por cuanto abre un panorama prometedor en términos de producción intelectual tripartita (tutores, estudiantes y comunidad) y siembra un precedente sobre las posibilidades reales de la investigación formativa, como alternativa para la construcción de conocimientos.
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Es de considerarse que la investigación no ocupa un lugar visible en nuestra tradición ni en nuestras culturas. En la academia, los procesos de investigación siempre encuentran escollos para su materialización, como el no saber qué es, cómo se hace y para qué sirve, aunque se maneje abundante bibliografía. Aún falta mucho para concebirla como un proceso articulador entre la universidad y las dinámicas sociales y culturales, a fin de alcanzar niveles de bienestar para las comunidades, los pueblos y las personas. 
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Aun se asume la investigación como un molesto requisito de cumplimiento de estándares nacionales e internacionales de calidad, con fines de acreditación de programas e instituciones, y que se amparan en la nueva configuración de una educación que debe globalizarse. Por estos tiempos la investigación se hace por obligación y no por convicción, de modo que sus resultados poco son resultados de investigación, esa construcción del saber y del conocimiento que responde al ritmo de las exigencias y las necesidades de las sociedades locales, nacionales y planetarias. Y es por eso que vale la pena saludar la aparición del libro “Literatura y Escuela”. 
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Varios aspectos importantes se conjugaron para alcanzar los resultados que hoy se expresan en este libro. El primero es, quizá, el que sin muchos aspavientos ni elevadas pretensiones, un grupo de tutores del IDEAD decidieron emprender la empresa de hacer investigación formativa, convencidos, casi por intuición, del qué, el cómo, el porqué y el para qué de ese ejercicio tan nuevo como extraño. A su vez, ese grupo de tutores de la Licenciatura en educación básica con énfasis en lengua castellana, se dio a la tarea de entusiasmar y arrastrar a sus estudiantes en esa empresa que, al parecer, no sería más que otro embuste extranjero, acogido por nuestra ingenua y siempre dócil academia. Luego, tutores y estudiantes acudieron a algunas Instituciones Educativas de la básica y allí contagiaron de entusiasmo a las comunidades académicas, de modo que terminaron convenciendo a directivos, docentes, estudiantes y padres de familia. Después fue cuestión de que el proyecto fluyera al compás de la investigación.
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De allí se desprenden dos reflexiones. La primera: más allá de deberes curriculares, el saber es el resultado del generoso acuerdo entre el maestro y el alumno, a usanza de la época antigua. La segunda: la comunidad no es un ente pasivo sobre el cual, a modo de un amorfo laboratorio, se aplican unas fórmulas a fin de verificar hipótesis de escritorio. Antes bien, y como en el terco sueño de Freire, la comunidad es activa y participativa en el descubrimiento y construcción de saberes y conocimientos, cuyo propósito es comprender, a fin de resolver problemas y acercarse a la libertad y al bienestar. 
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Y quizá haya una tercera reflexión, y es acerca de las condiciones de posibilidad de la investigación formativa. He visto a intelectuales enarcar las cejas, fruncir la boca y desviar la mirada cuando escuchan la expresión “investigación formativa”. “Eso no sirve”, dicen. Y tal vez esa actitud se deba a que la NASA no hace investigación formativa, ni los temerarios laboratorios nucleares, ni los delirantes proyectos que desarman el genoma humano, ni los científicos que trabajan en la industria de nuevos fármacos para las recientes enfermedades provocadas por la industria. Ellos hacen investigación experimental, y no formativa, y la experimental, por fortuna, es tan sólo una forma de hacer investigación. 
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La investigación formativa no responde necesariamente a las coordenadas de la oferta y la demanda, pues su propósito es mayor: la formación del hombre y la comunidad. Es cierto que la investigación formativa poco le sirve a las dinámicas del capital y del mercado. Pero, en tanto formación para el saber y el conocimiento, se pone al servicio de la comprensión, la expansión de la conciencia y la búsqueda de una sociedad más acorde con la condición humana; es decir, le sirve a la educación del hombre y de las comunidades, por encima las prescripciones de la Institución Educativa como dispositivo de control y de poder. Y el libro “Literatura y Escuela” es una muestra de ello. 
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¿Pero en qué consiste ese libro? Los investigadores indagaron por el estado de la lectura literaria en Instituciones Educativas, a partir del concepto de canon literario. ¿Qué y cómo leen hoy los niños, los jóvenes y los docentes en nuestras escuelas? Pregunta sencilla para respuestas entre dramáticas y esperanzadoras. Pregunta que fue respondida primero al interior del grupo de investigación y luego por los estudiantes de la Licenciatura, a fin de tener la autoridad ética para formularla en la comunidad educativa de base: no hubo objetos de investigación sino sujetos; otra diferencia respecto a la investigación experimental. 
Una pregunta que permitió aproximarse a la escuela con una mirada abarcadora para establecer los factores que inciden en la selección de los textos, las pedagogías, las didácticas y los métodos de lectura. El libro “Literatura y Escuela” señala los factores económicos, políticos, sociales, culturales, tecnológicos y técnicos que han determinado el lugar de la lectura literaria en la escuela, la familia y la comunidad, y que permite comprender la actitud de cansancio e indiferencia frente a la lectura, su separación de los problemas de la comunidad y su nula relación con la espiritualidad de los jóvenes lectores en formación. 
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Pero también descubre aquellas tendencias ideológicas que cabalgan sobre la manipulación de la educación, a fin de hacer de ella, de por sí ya pobre, un pobre ejercicio formal, carente de ideales de humanidad, tendiente a cumplir con áridos indicadores de calidad y, quizá por ello mismo, reducido a un negocio redondo, entre otros, para el bolsillo de algunas editoriales. Una actitud que menosprecia, niega y humilla las capacidades de nuestras comunidades, de nuestros jóvenes y de nuestros pueblos.
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El libro “Literatura y Escuela” señala de nuevo el viejo problema de la relación entre lectura, academia y comunidad. A partir de comprender las grandes carencias que muestra hoy la escuela en su tarea de formar las nuevas generaciones, el libro es una orientación para docentes honestos e instituciones comprometidas en el bienestar de sus entornos. El libro es claro en plantear el retorno a un ejercicio de lectura que parta de las realidades inmediatas de los actores de la escuela, a fin de interpretar las problemáticas cotidianas y especiales de las comunidades y del individuo, y, sobre ese conocimiento, fruto de tal interpretación, levantarse en una lectura que interprete los aspectos universales del mundo, del hombre y de la vida, a fin de comprender mejor a la comunidad donde se enclava la escuela; es decir, un ejercicio de lectura hermenéutica, siempre en diálogo, siempre abierto, siempre en expansión y nunca culminado. 
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Por supuesto, el ejercicio de lectura literaria que propone el libro tiende a la formación del carácter y de la personalidad, muy lejos del ejercicio mecanicista, utilitarista y pragmático, tan a-crítico y a-histórico, en que ha caído la lectura en nuestras aulas, incluidas las aulas universitarias. Pero el inconveniente del ejercicio que propone el libro es que implica creer de nuevo en lo que es capaz la comunidad y en lo que son capaces los seres humanos. Y el sistema educativo vigente está lejos de tener esa confianza, por cuanto su papel no es la formación de hombres y mujeres sino su instrucción eficiente y eficaz que demanda el modelo neoliberal. 
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Finalmente, el libro en su totalidad rescata el espíritu de la literatura como base fundante, sobre la cual se han erigido muchas culturas y se construyen y reconstruyen al infinito las tradiciones de los pueblos y de la humanidad. No prevalece allí la idea de la lectura literaria como simple entretenimiento, propia de modernos desocupados. El libro señala el lugar de la lectura literaria en la formación de la condición humana, en la formación de la cultura y en la comprensión de la historia; el libro permite atisbar una literatura como el espejo donde la sociedad se mira, donde el hombre mira y señala lo que ha sido y lo que será, y donde, con ojos de incertidumbre y asombro, inventa y crea el porvenir, más allá de cánones reductores, paradigmas asfixiantes y modelos políticos basados en el engaño y la mentira.

24 de agosto de 2011

NUEVO PROYECTO APOYADO POR EL CCI

El comité Central de Investigaciones de la Universidad del Tolima, después de someter a pares externos, aprobó el proyecto de investigación: "La minificción en el aula. Selección de un canon literario formativo en el género de minificción y diseño de estrategias para su enseñabilidad en los grados de perimero a noveno en cuatro instituciones educativas de la ciudad de Ibagué". Este proyecto surge del proceso de investigación formativa de los estudiantes de la Lic. en educación básica con énfasis en Lengua Castellana, del IDEAD, y demuestra una vez más la fortaleza de esta metodología de trabajo. Los estudiantes participantes como auxiliares de investigación son los siguientes:

Yenny Johanna Peña
Magda Biviana Ramírez
Norma Piedad Segura
Karen Maritza Mendoza
Luis Fernando Abello

 PRESENTACIÓN DEL PROYECTO


Durante el desarrollo del proyecto de caracterización y perspectivas pedagógicas del canon literario, llevado a cabo durante los años 2008 a 2010, se encontraron diferentes aspectos que están afectando la inclusión de nuevos discursos literarios en los procesos de formación de la educación básica primaria y básica secundaria. Dado lo anterior, se torna necesario implementar proyectos específicos que conduzcan a renovar los textos literarios que son abordados en los procesos de la pedagogía de la literatura, y es en ese marco de saber que surge la posibilidad de generar un proceso investigativo que permita incluir el género denominado minificción, ya que por su actualidad de discursos y capacidad de concreción, se convierte en motivadores en los procesos de aprendizaje y fortalecimiento de la competencia literaria de los estudiantes de la educación básica primaria y secundaria.

De igual manera, siguiendo los derroteros de investigación formativa implementados desde el programa de Licenciatura en educación básica con énfasis en lengua castellana ofertado por el IDEAD, el equipo investigador integra la práctica pedagógica del estudiante, con las necesidades contextuales de las instituciones educativas, logrando de esa manera que los diagnósticos obtenidos no se queden en el plano de la simple enunciación, sino que por medio de proyectos de impacto (propuestas pedagógicas), se diseñen y apliquen estrategias que igualmente renueven la praxis pedagógica y contribuyan al cambio del accionar en la escuela.

Por lo tanto, se elaborarán antologías de minificción para los diferentes grados de la educación básica primaria y secundaria (1-9), se elaborarán miradas críticas a dichas antologías desde la teoría literaria, se diseñarán propuestas pedagógicas acordes a los discursos literarios que se desean pedagogizar y se aplicarán durante dos semestre en cuatro instituciones educativas de Ibagué. Los resultados serán objeto de análisis e interpretación, con el fin de valorar el verdadero impacto de la investigación.

Finalmente, los resultados serán presentados en diferentes escenarios pedagógicos, como las tesis de  algunos estudiantes de Licenciatura en educación básica con énfasis en lengua castellana, por medio de ponencias en eventos regionales y nacionales y mediante la publicación final de los resultados en un libro de textos.

7 de marzo de 2011

NUEVO PROYECTO APROBADO EN EL MARCO DE LOS ESTUDIOS DEL CANON LITERARIO FORMATIVO


CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES GRUPO “SALAMANDRA”
        
Proyecto: El tiempo es de la metáfora, un desafío en la escuela. Inclusión del género poético en el canon formativo para las instituciones educativas San Simón y Liceo Nacional de Ibagué.

ACTIVIDAD

FECHAS
Recolección de información y organización
-          Ponencias
-          Antologías
-          Reseñas críticas
-          Proyectos
-          Propuestas pedagógicas (segundo y cuarto)
15 de Enero a 15 de Febrero de 2011.
Revisión de información (contrastar poemas elegidos en las antologías, valoración de las reseñas críticas)
Febrero 15 a Marzo 15 2011
Revisión de resultados de la primera fase de práctica y ajustes pertinentes.
Marzo a Junio 2011
Aplicación de la segunda fase del proyecto (propuesta pedagógica)
Febrero 15 a Junio 15 de 2011.
Informe de avances al Comité Central de Investigaciones
Junio 15 de 2011.
Análisis e interpretación de resultados
Julio a Septiembre de 2011.
Elaboración de conclusiones y ajustes de la práctica
Octubre a Noviembre  de 2011
Informe de avances al Comité Central de Investigaciones
Diciembre 2011.
Elaboración de informe final de investigaciones
Diseño de CD Virtual.
Enero a Junio de 2012.
Publicación de texto final
Julio a Septiembre 2012.
Sustentación final del proyecto
Noviembre 2012.

19 de enero de 2011

ENCUENTRO NACIONAL EQUIPO INVESTIGADOR EN CANON LITERARIO




El día 16 de Enero de 2011 se realizó un encuentro en Girardot, del grupo nacional de inevstigación en canon literario de la Universidad del Tolima, IDEAD, con el fin de realizar ajustes a la publicación de los avances del proyecto en un texto que se titulará: Escuela y Literatura. Una aproximación al canon literario formativo y sus pedagogías.

12 de enero de 2011

ENTREVISTA CON FERNANDO CRUZ KRONFLY

Por: Marcos Fabián Herrera Muñoz

Tomado de: CONFABULACIONES: Periódico virtual.

Un ingrediente seductor integra esta prosa que la hace plena de musicalidad, lejana del cliché y zurcida con precisión de filigrana. Los personajes de sus ficciones están barnizados de una singular universalidad y gozan del halo atemporal de la verdadera literatura; pero al tiempo, husmean las miserias humanas que siempre se sobreponen a las veleidades de la historia.

1- ¿Se proponen sus novelas develar los pliegues ocultos del lustre de gloria que abrigan a los heroísmos y los mitos?

No es fácil para un autor decir, responsablemente, qué es lo que se proponen sus novelas. Hay tantas cosas que se atropellan cuando alguien escribe con las tripas puestas en el asador del teclado. Detrás de los hombres convertidos en mito, sólo hay la miseria humana que es común a todos los seres humanos por igual. Lo que sucede es que la miseria de los grandes hombres se convierte en paradoja, porque resulta inimaginable. No se trata de “humanizar” simplemente, porque al fin y al cabo el héroe por alguna razón de mérito es héroe. Cuando se develan los pliegues sombríos de la gloria, lo que aparece no es el héroe humanizado solamente, sino ante todo su desgracia. Esa es la paradoja verdadera.

2- ¿La filosofía y la literatura son líneas que el actual extravío de la novela obliga a que confluyan?

Lo que le está sucediendo a la literatura y a la cultura en general es algo simplemente aterrador: que fueron convertidas en mercancía. Lo que convierte en mercancía una cosa no es sólo el hecho de que se compre y se venda. En el mundo moderno capitalista, hasta la fuerza de trabajo se convirtió en mercancía, y eso en sí mismo no tiene nada de reprochable. Es algo que corresponde a las lógicas reales del modelo occidental y que incluso permite otra mirada sobre la vida y las relaciones entre las cosas y los seres humanos. En esa dirección no va mi reproche. La mercancía existe desde el renacimiento o incluso desde los tiempos de Platón o quién sabe desde cuándo, bajo el supuesto de que haya una moneda por ahí dando vueltas y de que las cosas tengan un valor de uso y un valor de cambio. Tales condiciones son suficientes. A este respecto, Aristóteles dijo bastante y muy bien dicho en La Política. Lo que es realmente preocupante, aunque no signifique el fin del mundo, es que la literatura y la cultura terminaron por quedar atrapadas en las redes de esa cosa que se conoce como “marketing”, en el sentido de que el cliente siempre tiene la razón y que es necesario escribir para él, lo que él quiere que le escriban en medio de su medianía. De esta manera, las casas editoriales terminaron por tratar las obras literarias como si fueran calcetines o jabones. Y todo esto en un contexto de declive absoluto de la cultura letrada, de predominio de la farándula banal, de absoluta levedad “light”, en fin. La “fuerza estética” de la literatura y las artes, en términos de Harold Bloom, se volvió ripio y estorbo en manos del marketing, puesto que la fuerza estética requiere complejidad de tratamiento en las imágenes, componentes cognitivos fuertes, lenguaje de perfección. Y muy poco de esto le interesa al lector masivo, sumido en la banalidad y la medianía. De este modo, los escritores que lo hacen para el marketing literario, se encuentran atrapados en las exigencias de la clientela banal, y sólo escriben para su gusto degradado. Este y no otro es el verdadero “extravío” de la literatura en nuestro tiempo. Una escritora tan inmensa como Herta Müller, sólo interesa a las “masas” consumidoras por el hecho de ser Nobel, pero las masas que la compran por esta sóla circunstancia para nada entender de su extraordinaria factura literaria, muy poco percibirán su grandeza de lenguaje y mucho menos su mundo desgarrado. Y puedo apostar hasta mi casa y mi perro, que apenas dentro de un año nadie la recordará, salvo la minoría de los auténticos lectores que seguirán maravillados por una obra que honra a la humanidad. Pero el marketing literario no sabe nada de esto ni le interesa. Cosa muy diferente es la vieja tradición literaria que incorpora pensamiento e ideas a las obras de ficción. Algo así como presencia del ensayo en la novela. Pero esto no es nuevo y no pretende salvar del extravío a la novela.

3- Carlos Marx infravaloró a Simón Bolívar al cuestionar su mitificada obra emancipadora. ¿Hay ribetes de desproporcionada leyenda en la consagración de la figura del libertador?

Los pensadores europeos decimonónicos, generalmente eurocentristas, tuvieron muchas dificultades en el momento de pensar otros mundos diferentes del suyo. Es que pensaban que la historia de la humanidad era una sola, la del Centro, y que las demás historias de otros mundos no eran historias realmente sino apenas estornudos de catarros demasiado locales. Por otra parte, el viejo Marx no valoraba suficientemente sino aquellas revoluciones sociales que pretendieran la toma del poder por los oprimidos, y este no fue precisamente el caso de la revolución de independencia liderada por Bolívar, que ni siquiera podía considerarse una revolución burguesa, puesto que para que pueda hablarse de esta manera es condición necesaria que exista burguesía, y nada de esto había detrás del proyecto de Bolívar en la Nueva Granada en 1810. En este contexto histórico tan particular y tan inédito, el Viejo Marx no pudo ver sino lo que sus esquemas de entonces le permitían ver. Porque los seres humanos no vemos lo que queremos, sino lo que nuestros marcos culturales de referencia nos permiten ver. Por otra parte, la premodernidad absoluta de nuestra élite neogranadina puso a Bolívar en un sitio ambiguo y no siempre el mismo. Al principio fue la apoteosis. Luego, Bolívar se convirtió en un estorbo del que muchos querían deshacerse. Fue expulsado. Y cuando ya estaba muerto y no ofrecía peligro, empezó a ser recuperado en estatuas y en exageraciones. Pero es evidente que la obra militar y civilizadora de Bolívar fue inmensa. Aunque también es evidente que la manera como él imaginó el futuro de los pueblos liberados no se parece mucho a lo que después fue de ellos. Todavía andan por ahí algunos presidentes de la región, queriendo regresar a Bolívar, de un modo que a Bolívar francamente le daría vergüenza.

4- En La Ceniza del Libertador subyace una urdimbre literaria con notoria familiaridad con La Muerte de Virgilio de Herman Broch. ¿Atesora su novela ecos de ésta cimera obra del siglo XX?

La literatura es hija de la misma literatura, ya se sabe. En García Márquez está vivo Rabelais, William Faulkner y los cronistas de Indias como Colón, Cabeza de Vaca, Pigafetta, etcétera. Pero, también, la visión de mundo de las tribus guajiras. Y no es posible que sea de otro modo, supongo. En La ceniza del libertador, hay al menos la presencia de La Muerte de Virgilio, Las memorias de Adriano y La ceremonia del adiós. Esta presencia se debe, pienso, a una cierta desgracia en común de Virgilio, Adriano y Sartre, imagínese usted este trío de cantores. Se trata del declive de la gloria en cada uno de ellos, del descenso a la muerte, del final. Simón Bolívar debió bajar a la misma trampa que la historia le tiende a los grandes hombres: dejarlos inermes, abandonados, enfermos y convertidos en ruina delante de su propia inmensa obra, donde ya ni siquiera se reconocen. Sólo con la esperanza de trascender, como Sartre lo predijo, de manera horizontal rumbo a la memoria humana. Este es el contexto, la visión de mundo que está detrás de La ceniza del libertador.

5-. Su vocación pedagógica y empeñada docencia universitaria lo autorizan para hablar de la universidad Colombiana. ¿Cómo contrariar esa castrante funcionalidad instrumental que pesa en el profesional colombiano?

He tenido la fortuna de ser profesor universitario durante cerca de cuarenta años, en una de las tres universidades públicas más importantes de Colombia, como es la Universidad del Valle. Y, ocasionalmente, en otras de la región. Para un intelectual y un escritor sin “pelos en la lengua”, como suele decirse, este no es más que un inmenso privilegio. No soy entonces un escritor arruinado que debe mendigar ante las casas editoriales. He tenido de sobra eso que se llama dignidad humana. Además de ser profesor universitario, he acompañado como abogado laboralista los derechos y reclamos de los obreros, empleados y hombres humildes del trabajo y he tenido en la universidad un cubículo de profesor, muy bien dotado, que me permite leer en soledad y escribir de manera febril, sin tregua ni descanso. Conozco entonces el mundo universitario y sé del compromiso de la Universidad del Valle por ofrecer a los estudiantes de todas las carreras una formación integral de muy buena calidad. Se trata de una tarea de resistencia frente a los modelos educativos profesionalizantes, sólo interesados en lo funcional-instrumental. No es fácil, porque esta resistencia lo es precisamente contra el conjunto de la cultura de nuestro tiempo, que en su banalidad sólo reconoce como válida la funcionalidad de lo que se aprende. Pero los estudiantes encuentran razón y sentido en esta actitud de resistencia, saben valorar la educación integral y agradecen los esfuerzos que se hacen en esta dirección. Y los estudiantes son la razón de ser del mundo universitario, que es donde la cultura letrada y el espíritu crítico resisten en minoría, tal vez hasta que el neoliberalismo, aplicado a la educación, termine por darle la patada final a la Universidad Pública, de la que casi no quiere saber nada. Salvo que la sociedad y la resistencia terminen por darle la patada final al modelo educativo neoliberal, como muchos anhelamos y bien pudiera suceder.

6-. ¿La escritura de La caravana de Gardel que envés le posibilitó descubrir de aquel cantor de la lunfa y el arrabal?

En varias oportunidades, de visita por Riosucio y Pereira, escuché la versión según la cual a su paso por los poblados y aldeas del viejo Caldas, ya convertido en cadáver, Carlos Gardel fue objeto de importantes homenajes. Se me dijo, también, que alguien tenía en su poder un pedazo de bufanda del cantor, una mujer bohemia los restos de la fotografía del morocho del abasto quemada por los bordes, el cordón de uno de sus zapatos. Un músico de Riosucio me indicó la casa contigua a la iglesia del parque, donde se había celebrado el homenaje principal, pintado por el delirio. Y todo esto yo me lo creí, porque circulaba por la boca de la gente como una poderosa verdad del pasado a la que nadie había asistido, pero de la que todo el mundo, sin embargo, hablaba con puntuales detalles de modo, tiempo y lugar. Esta verdad popular fue mi punto de partida. Pero, cuando bajo el consejo urgente de Fernando Vallejo, llevé a cabo las entrevistas en profundidad con testigos presenciales del acontecimiento, ya en el borde cada uno de su propia muerte, supe que todo aquello no era más que una invención colectiva, parte sustancial del mito Gardeliano. La escritura de la novela me permitió descubrir, que en realidad Gardel había sido transportado como simple carga, de manera afanosa, para que alcanzara a llegar a Buenos Aires dentro del tiempo previsto para el gran recibimiento que allí lo esperaba. Ante semejante descubrimiento, que en sí mismo arruinaba el proyecto de la novela, tomé la decisión de plegarme al mito popular hasta el punto, incluso, de exagerarlo. Toda la novela, en consecuencia, es pura invención, porque nada de lo que realmente sucedió, salvo las estaciones de parada de la “caravana” y las fechas básicas del calendario, corresponden a la historia real. Fue espléndido ver cómo nada de lo que escribía, nuevamente, era real.

7-. ¿Goza el ensayo colombiano de mayoría de edad?

Hemos tenido en Colombia muy pocos ensayistas de gran fondo. El género del ensayo se ha venido transformando profundamente desde los tiempos de Montaigne hasta hoy. En las universidades se escriben artículos, apoyados en bibliografías y referencias tomadas del “estado del arte”, pero de ahí al buen ensayo hay mucho trecho. Es increíble, por inaceptable, que las universidades le den más importancia a los artículos que a los ensayos, con el argumento de que en los artículos se observan los soportes bibliográficos y las referencias, mientras que en el ensayo se encuentra ausente esta exigencia. Cuando el género del ensayo nació, la ciencia natural, humana y social prácticamente no existía. Entonces el ensayista era libre de escribir sus puntos de vista, con rigor y belleza, pero sin preocuparse de la vigilancia o de la crítica que sobre su pensamiento pudieran ejercer las “academias o comunidades científicas”, que para entonces mucho menos existían. Pero el desarrollo de la ciencia ha terminado por imponerle al ensayista la exigencia de un rigor que antes era inimaginable. El ensayista hoy, pienso, debe ser una persona absolutamente formada en la ciencia y en la filosofía, capaz de poner en práctica aquello que Max Sheller dijo un día, términos más, términos menos: “la cultura es aquello que a uno le queda cuando se le ha olvidado todo cuanto ha aprendido”. En este caso, desde un profundo y responsable saber científico y filosófico, el ensayista puede, entonces sí, prescindiendo de la cita o de la referencia y sobreponiéndose a sus ataduras, soltarse a pensar “por sí mismo”, en libertad pero con absoluta responsabilidad, sobre aquellos asuntos que son de su interés.

8- Cultivas la poesía y la novela. ¿En su escritura qué correspondencia se entabla entre estas dos profundas expresiones de la palabra?

He intentado practicar una escritura entre géneros. Sigo pensando que la literatura es, ante todo, trabajo sobre el lenguaje. En la novela la anécdota pesa mucho, a diferencia de la poesía que en principio no la tiene, aunque hay poemas que parecen de lejos contar una historia. De hecho, Abendland, cuya escritura inicié en Río de Janeiro en 1982, delante del espejo sombrío de la bahía de Guanabara, y que apenas pude terminar -es apenas un decir-, casi veinte años después, podría ser visto como un relato familiar en el que cada poema tiene autonomía pero forma parte, a su vez, de un todo de aproximadamente cien páginas. El desmedido trabajo de orfebrería que llevo a cabo como una fiera encima de mis novelas, encarnizado durante años, es un esfuerzo que siempre se dirige hacia la poesía. Ahora que disfruto del inmenso placer de leer a Herta Müller, como un devoto admirador del lenguaje poetizado, del mismo modo como en otro tiempo lo hice con Guimaraes Rosa, Rulfo, Onetti y Lezama Lima, de nuevo confirmo que la anécdota en la novela importante es apenas el primer piso del barco -hablo de la gran novela- , sobre el cual brillan en la noche de la lectura las luces del lenguaje poéticamente trabajado. Este es el terreno en el que, en mi caso y tal como lo he vivido, se hace posible el puente entre poesía y novela.